13 de febrero de 2009

Mis creaciones literarias

El objetivo del Plan de Lectura y Bibliotecas de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía no es sólo hacer que los alumnos lean, sino también fomentar la creación literaria, hacer que escriban.

En este apartado de la bitácora se pueden exponer todo tipo de creaciones literarias: cuentos, relatos cortos, poemas, etc.. Para ello, basta con introducir el texto como si fuera un comentario a este artículo.

¡Animaos a escribir!

4 comentarios:

Prof. Santiago Fernández dijo...

Ellendor

Hubo una edad en la que el petróleo no era nada pero se convirtió en la salvación del futuro.
En esta edad existió un héroe que consiguió unir el pasado y el futuro con amor, y yo ese héroe os voy a contar mi historia:

Todo comenzó cuando en un lejano pueblo al sur de Oslo en Noruega, Lars el Loco se puso a excavar en mitad del jardín y encontró un líquido negro de aspecto viscoso. Al principio le pareció que solo era estiércol o algo peor, pero un día cuando recogió un poco y lo acercó a la chimenea hubo tal explosión que todo el pueblo pensó que alguien había enfurecido a Odin. Cuando las gentes del pueblo llegaron a la casa de Lars, descubrieron que ya no había casa alguna, que había un olor horrible en el ambiente y que en el centro de una montaña de escombros se veía lo poco que quedaba del viejo Lars, que no era mucho la verdad. Al final todos se largaron pensando que la ira de Odin había acabado con el pobre Lars porque no soportaba ver su locura.
Pero mi padre no se marchó, se quedó meditabundo, observando la escena y al final rezando una plegaria para que Odin acogiera al pobre Lars en su seno recogió un poco de la materia negra y viscosa en un cubo y se marchó casa.
Al ver llegar a mi padre con esa cosa diabólica en el cubo me asusté, pero mi padre me tranquilizo y me hizo prometer que no se lo contara a madre, y me explicó que pensaba que era un arma del malvado Loki.

Pasaron los días y mi padre no paraba de realizar experimentos con “la cosa”, e incluso en el granero comencé a oír explosiones (cosa que empezó a preocupar y asustar a mi madre), después mi padre aparecía sonriente y con la cara negra y mi madre, que al final le descubrió, y yo no podíamos evitar el echarnos a reír.
Pero lo peor ocurrió dos meses después de la muerte de Lars el Loco, ya que un batallón de guerreros ingleses se dirigía a nuestro pueblo para ocupar una posición estratégica(ya que nuestro pueblo tenia una resistente muralla de piedra) con la que conquistar Oslo y derrotar a nuestro rey Ragnar. Entonces mi padre fue a hablar con Baknar el jefe del pueblo para enseñarle su plan y el uso de “la sangre de Loki” como arma, caminando llegamos a la imponente casa de Baknar (yo portaba “la sangre de Loki”) y entramos por su amplio portón. La mujer de Baknar nos guió a una imponente sala en la que había una enorme chimenea y encima de ella había tres escudos (“el de Noruega, el del rey y el tercero debe ser el de Baknar” pensé) también había una enorme mesa de piedra en la que había sentada tres personas. El primero era sin duda Baknar, era de piel oscura, rudo, musculoso y mucho más alto que mi padre, además tenia una cabellera roja que demostraba claramente su sangre sajona y unos ojos grises penetrantes que habían visto más de mil batallas. El segundo personaje era Reinon, el sabio del pueblo, yo le conocía porque era el maestro de la escuela del pueblo, vestía su túnica blanca de siempre y tenía en la cintura un cinto con una bella espada, su cabello canoso demostraba su edad que no coincidía con su rostro que era casi juvenil con unos brillantes ojos verdes. Al mirar al tercer personaje me quede de piedra, era una mujer, ataviada con una brillante armadura de plata, un casco con dos alas a los lados y una lanza y un escudo yacían a sus pies, su larga y rubia melena y sus electrizantes ojos de piedra me dijeron lo que era, era una valkiria, un ángel de Odin como las llamaba mi madre y tenia una belleza y una dulzura que quitaba el aliento pero lo mas extraño es que pareció que tenia mi edad.
Nos acercamos y nos arrodillamos humildemente. Cuando Baknar nos dijo que ya podíamos levantarnos, Reinon me sonrió con esa sonrisa suya que hacía que uno no podía evitar sentir un gran apego y lealtad a él. Después pose un momento mi mirada en la valkiria, que también correspondió con una grácil y dulce sonrisa que hizo que agachara la cabeza azorado.
Nos sentamos en los taburetes gastados de madera, después Baknar se levantó y comenzó a hablar con una voz potente como el trueno:
-Buenas tardes a todos, por Odin, estamos aquí reunidos para derrotar a los malditos ingleses. Eriador, te presento a Alexa capitana del escuadrón de las doce valkirias que nos envía el rey Ragnar.
-Gracias por venir en nuestra ayuda hija de Odin, que traiga la tempestad contra el mal-dijo mi padre e hizo una gran inclinación.
-Me alegra que todavía haya gente que conserve nuestras tradiciones-dijo Alexa y correspondió inclinando la cabeza y sonriendo.
-Eso también me habéis contestado, dama de Odin, pero no me habéis respondido el porque-afirmó, educadamente, el maestro Reinon.
-No es nada en especial, es que a Noruega ha llegado el maldito cristianismo, una religión que cree en un “dios todopoderoso” pero lo que me enfurece es que cometan el sacrilegio de compararlo con nuestro padre Odin.
-¡Qué blasfemia, un dios comparable a Odin!.
-¡Y que lo digáis maestro Reinon, como pueden decir tales palabras!.
Al instante los tres personajes entablaron una discusión de cómo podían luchar con esa cosa tan extraña que no comprendía llamada “cristianismo”, mi padre me había hablado de que había personas que no creían en el todopoderoso Odin, pero que no por ello había que matarlos, o tratarlos como si no fueran personas, ya que cada hombre o mujer puede creer en lo que quiera, lo importante es que lo único que no se puede cambiar es la fe en el amor, la esperanza, la libertad. Creo que por eso llamaban a veces a mi padre “blasfemo”, aunque aun así le tenían respeto, sobre todo el maestro Reinon, pues solía decir que lo que pasaba era que mi padre era un hombre demasiado culto. Y tenía razón, ya que estuvo viviendo en Grecia vendiendo pescado, y aprendió de los grandes filósofos.
Mientras que los tres personajes no paraban de discutir sobre la mejor manera de destruir el cristianismo, mi padre y yo seguíamos esperando que se calmaran, pero como no paraban mi padre decidió hablar:
-“Si queréis ser respetados, deberéis respetar primero”.
-Son ellos los que no nos respetan. ¿Por qué deberíamos respetarlos?-dijo Alexa con los ojos henchidos de furia.
-Porque si no los respetamos ahora mismo los ingleses llegaran y nos aniquilaran-contestó mi padre con una sonrisa amarga y puso punto y final a la discusión.
-Tiene razón maese Eriador, ¿cuéntanos cual es tu plan?-dijo Alexa ya más calmada.
A partir de ahí comenzaron a trazar planes sobre un mapa del pueblo, las costas y los terrenos de alrededor. Comenzaron a hablar de emboscadas, ataques sorpresa… Comenzaron a pasar las horas y yo iba cada vez más cayendo en la red del sueño. Entonces la esposa de Baknar me trajo una manta de seda y un trozo de pan y otro de pollo, también trajo varias jarras con la mejor cerveza de Noruega y agua para mí.
Siguieron discutiendo mucho más tiempo hasta que yo no pude aguantar más y me quedé totalmente dormido.

Lo que ocurrió fue una experiencia bastante rara. Empecé a soñar que caminaba por un camino muy extraño, casi liso de color gris. En el centro del camino había pintadas unas líneas blancas muy extrañas que parecía como si te guiaran. Al principio solo veía terrenos llanos y sin vida alguna, pero después comenzaron a aparecer torres muy raras con millones de ventanas, muchos de esos edificios estaban derruidos, y el camino comenzó a estar lleno de escombros. Pero lo peor llegó después, cuando comencé a ver que a mi alrededor aparecían cadáveres, todos tenían los ojos en blanco, e incluso había algún que otro al que le faltaba un brazo o una pierna. Luego vi a una joven que me dejó asombrado, tenía el pelo azul y los ojos del color del fuego, pero su pecho estaba abierto y le habían arrancado el corazón. Realmente era asqueroso y sin poder aguantarlo más me puse de rodillas y vomité.
Seguí llorando durante un buen rato sin saber que hacer, y preguntándome cosas que no tenían sentido como “¡maldita sea les he fallado!” o “¿porqué no pude ayudarles?”. Cuando de repente le vi, era un joven dos años mayor que yo, y venía caminando hacia mí.
Lentamente me limpié los ojos para verle mejor, pero cuando lo hice maldije el haberlo hecho, le faltaba medio cuerpo y mientras se acercaba iba atravesando todo, como un fantasma, me asusté muchísimo y comencé a gritar llamando a mi padre, me encogí intentando crear un escudo imaginario que me protegiera, pero lo único que hizo el fantasma del joven fue arrodillarse ante mí, y llorando dijo:
-Lo siento, lo siento mucho.

De repente me desperté, estaba sudoroso, abrí los ojos y me los froté para ver donde estaba y me di cuenta de que estaba en mi propia cama, sentado. Mi padre me preguntó:
-¿Cómo te encuentras hijo mío?.
-Bien, pero padre, creo que he tenido una pesadilla.
-Lo sé hijo, el consejo se asustó mucho cuando empezaste a chillar y a llorar, mientras te revolvías contra... Como si algo te intentara tocar, no sé, dímelo tú.
-La verdad es que…-me paré un momento, si le contaba a mi padre lo que había soñado todo el pueblo pensaría que estoy loco, pero me daba pena mentir a mi padre, pero bueno, una mentira piadosa no hace daño a nadie-He soñado que cuando estábamos ganando la batalla aparecía el malvado Loki y ese dios extranjero y os cogían a todos y….
No pude evitarlo, me eche a llorar entre los brazos de mi padre, y mi padre me abrazó cariñosamente, y comenzó decirme palabras de alivio para que me calmara, al final sin quererlo me quede dormido.

Al día siguiente me desperté en cuanto cantó el gallo, me vestí y rápidamente puse la mesa y preparé el desayuno para mí y para mis padres. Cuando se levantaron yo ya me había terminado el desayuno y estaba practicando el manejo del hacha con el espantapájaros del jardín. Mi madre se acercó corriendo y al ver que sonreía me dio un fuerte abrazo y un enorme beso en la frente, mi padre me dio un abrazo también y me llevó a la mesa para explicarme lo que pasó en la reunión. Por lo visto mi padre quería crear una especie de muro de fuego (ya que “la sangre de Loki” ardía muy bien) alrededor del pueblo para asustar a los ingleses, y que luego salieran por el portón las valkirias acompañadas por lo mejores guerreros del pueblo al mando de Baknar mientras que él y Reinor con unos arqueros cubrirían a los guerreros desde las murallas. A mi me pareció un plan perfecto y le pedí a mi padre que me quería unir al grupo de arqueros, lo meditó unos minutos y después de cruzar la mirada con mamá accedió.
Estuve varios días con Alexa, ya que mi madre me ordenó que le enseñara el pueblo y los alrededores, esos días fueron los más felices de mi vida, corríamos de un lado para otro cantando y riendo como si no existieran las guerras, ni las religiones, ni “la sangre de Loki”.

Y al fin llegó el día, por suerte el tiempo era estupendo y lucía un sol tan resplandeciente que si hubiera llovido en ese momento el agua se hubiese evaporado, como si nunca hubiera existido, mi padre y yo nos vestimos mientras mi madre rezaba unas plegarias a Odin y a su hijo Thor para que ganáramos la guerra y volviéramos sanos y salvos. Cuando los dos terminamos de prepararnos fuimos a despedirnos de mamá que sin parar de suspirar y llorar nos abrazó.
Cuando llegamos a las murallas ya estaba todo preparado, “la sangre de Loki” formaba un curioso círculo alrededor de la muralla, como si la batalla ya hubiera terminado y fueran restos de sangre seca.
-Yo dispararé la flecha que encenderá el muro, de acuerdo, vosotros masacrad a los ingleses pero dejando alguno para los que van a pie-dijo mi padre a los demás, sonriéndoles para calmarlos.
Justo al terminar de hablar mi padre, sonó una trompeta, venían los ingleses.
-¡A las armas!-se oía por toda la muralla.
Mire entonces a la colina y los vi. No eran muchos, la verdad sólo serían unas decenas de hombres, vestidos con cotas de malla y túnicas rojas, y armados con lanza, espada y escudo, y los rostros furiosos y con grandes ansias de matar, bajaban la colina directos a la trampa.
Mientras corrían hacia la muralla, mi padre tensó el arco, metió la flecha en una fogata preparada a su lado, y la colocó en el arco a la espera de que estuvieran más cerca. En el momento que ya iban a llegar a las puertas mi padre disparó la flecha y el fuego, al fundirse con “la sangre de Loki”, provocó tal incendio que los ingleses se pararon en seco y empezaron a dar vueltas, despavoridos, mientras su capitán, inútilmente, intentaba hacerles reaccionar. Entonces las enormes puertas de madera se abrieron, y Alexa y sus valkirias chocaron contra los ingleses como una espada se clava en la carne. Los ingleses no duraron mucho, nuestras flechas los diezmaban como si fueran hormigas, y los guerreros y las valkirias los degollaban como si fueran corderos enfermos, y no cayó ninguno de los nuestros. Pero justo cuando la batalla parecía haber sido ganada el capitán, como un rastrero ladrón cogió a Alexa y le puso una daga en el cuello, en ese instante el tiempo fue como si se detuviera, inundado por una rabia y un amor desenfrenados cogí una flecha y empapé su punta con “sangre de Loki”, y en un tiempo record la encendí y la disparé al cuello del capitán inglés gritando: “¡Alexa!”. La flecha se clavó en el cuello del capitán, con lo que Alexa pudo zafarse de él y correr con sus hermanas, pero antes de que llegara miró una vez atrás y vio como el capitán de los ingleses estallaba en pedazos. Toda la gente del pueblo nunca olvidara el sonido de la explosión que causó mi flecha, y lo que le ocurrió al capitán de los ingleses, que fue como si el cielo se cayera encima.

La noche fue mejor, ya que celebramos la victoria con una fiesta donde había abundante comida y bebida, y gracias a Reinor todos se creyeron que Thor me había dado el poder para demostrar la fuerza nórdica a los perros ingleses. Alexa me agradeció su rescate heroico con un beso en la mejilla que me produjo fiebre, el problema fue que se interesó tanto por el descubrimiento de “la sangre de Loki” que se pasó largas horas hablando del tema, tantas que no pude confesarle mis sentimientos. También debo añadir que la fiesta se prolongó hasta altas horas de la noche por culpa de las valkirias ya que demostraron que se podían tomar hasta tres barriles de cerveza enteros, mientras que los hombres del pueblo sólo llegaban a medio barril.

Las valkirias se quedaron varios días más en el pueblo, para reparar los desastres que habían provocado (cosa que agradecieron las mujeres del pueblo), y para descansar de la juerga que hicieron para celebrar la victoria. Una de las noches saqué a Alexa del pueblo y la llevé a un sitio en medio del bosque que se encontraba detrás del pueblo, que sólo yo conocía, y en el que había un enorme olmo donde solía dormitar junto a un pequeño río. Al principio comencé a temblar, pero hice acopio de fuerzas y le declare mi amor.
-Alexa, verás, yo…-dije azorado y con el corazón a punto de explotar.
-Lo siento Ellendor, pero yo… No puedo-dijo y se le inundaron los ojos de lágrimas.
-¿Por qué?
-Verás, las valkirias no podemos enamorarnos, porque nuestra tradición dice que debemos mantenernos vírgenes hasta el día del “Ragnarock”, para que Odin pueda vernos entre los mortales y llevarnos directamente al “Valhalla”.
Mierda como había podido olvidarlo, eso me lo contó mi madre hacía mucho tiempo y me dijo que lo mejor era no enamorarse de una valkiria, porque eso sólo conllevaba una vida dura y llena de soledad, y empecé a preguntarme si valía la pena creer en algo.
-Así que no puede ser, lo siento, no es que no te quiera…
La verdad es que en ese momento hice lo único que podía hacer, la abracé con fuerza y le susurré palabras de cariño para tranquilizarla. Ese momento para mí fue el mas mágico de toda mi vida, los dos abrazados bajo la luz de la luna llena, pero también me pareció trágico por lo que significaba.
-Ellendor, yo…
-Sssh, calla, sólo quiero que me prometas una cosa.
-¿Qué?
-Quiero que cuando llegue el “Ragnarock”, o cuando regresemos a la tierra, que estemos juntos, y que nos amemos incluso en el mismísimo Valhalla, quiera Odin, quiera Thor, quiera el Dios de los cristianos.
-Lo prometo.
-Juntos hasta después de la misma muerte-dije abrazándola aún más fuerte.
-Juntos hasta después de la misma muerte-dijo y correspondió con dulzura a mi abrazo.
Entonces yo extraje una daga de mi cinto y me hice un pequeño corte en la palma de mi mano, después ella hizo lo mismo y juntamos nuestras manos con cariño.
-No habrá nadie que me separe de ti, ni ningún dios, ni la misma muerte-dije con ferocidad.
Ella se quedó paralizada, pues tenía una gran fe en Odin, pero aun así me miró, sonrió y volvió a repetir mis palabras. Al final terminamos otra vez abrazados y mirando al cielo como dos estrellas buscando su luz.

A la mañana siguiente me levanté temprano, desayuné y me vestí rápidamente, después fui corriendo a la puerta para despedirme. Espere un buen rato hasta que una voz bien conocida me sacó de mi somnolencia.
-Hola madrugador.
-Hola, “me marcho sin decir adiós”-contesté sonriendo.
-Pues menos mal que has venido, quería darte esto-y me lanzó una especie de colgante con dos alas grabadas-.Venga ábrelo.
Comencé a toquetearlo hasta que conseguí abrirlo y dentro vi, para mi sorpresa un mechón de cabellos rubios de Alexa, no pude evitar sonreír y la miré una vez más.
-Gracias.
-Así siempre estaremos juntos, y no te olvidarás de mí-sonrió y comenzó a galopar rápidamente.
Al instante sus fieles valkirias la siguieron, y no pude apartar la vista hasta que desaparecieron por el horizonte.
Han pasado dos años desde que Alexa se marchó y no dejo de pensar en ella, para colmo mi madre no deja de buscarme prometidas, pero sólo me hace falta oler su cabello para despachar con galantería a las hijas de las amigas de mi madre.
-¿Por qué no te buscas una mujer normal, y formas una familia normal?-dice mi madre con fingida severidad
-Porque solo tengo ojos para ella, y porque no soy normal-y los dos nos echamos a reír.
En el pueblo también las cosas cambiaron, ahora se están preparando terrenos fuera de las murallas para plantar productos llamados “patatas” y “tomates” que vienen por mar, desde un continente descubierto por un español, al que llaman América. Pero yo estaba esperando a que mi padre tenga preparado el viaje para comerciar en Oslo y pueda ir a colarme en el Santuario de las Hijas de Odin para ver a Alexa. Por ahora disfrutamos un tiempo de paz y tranquilidad.

Pero la paz y la tranquilidad no duran mucho.
Una semana antes de que fuéramos a Oslo, fui a mi “paraíso” y entonces lo vi. Era una especie de puerta en la que había rayos azules y blancos que se mezclaban y se movían, además la puerta no parecía que comunicara a ningún lado. Me fui acercando, pero cuando estaba a punto de cruzarla se iluminó y decidí esconderme detrás del olmo.
Ahí es cuando ocurrió lo más raro de todo, en la puerta aparecieron dos jóvenes de mi edad. El primero era un chico alto de pelo corto y marrón, y de unos brillantes ojos verdes, además portaba a la espalda una extraña espada de color verde. La segunda era una joven más baja que el anterior, pero con una cabellera de color azul y unos ojos rojos de fuego que la hacían realmente atractiva.
-Hemos llegado Tania-dijo el chico.
-¿Estás seguro Faire?-dijo la chica.
-En el transportador pone siglo 16.
-Si pero puede estar estropeado.
-Además el aire es dulce y puro.
-¿Recuerdas que en el siglo dieciséis hubo grandes epidemias de tifus y peste?
-No seas agorera Tania.
-Solo soy precavida, eso es todo.
-Tienes miedo, seguro.
-Cállate y activa el rastreador de funciones vitales no tenemos tiempo para tonterías.
Miré al chico y vi que sacaba una extraña caja que hacía sonidos muy raros, me quedé tan embobado con la máquina, que no me fijé que los dos me estaban mirando. Cuando me di cuenta saqué mi espada y me enfrenté a ellos, pero antes de que pudiera hacer nada, el tal Faire sacó su espada y con un hábil movimiento partió la mía en dos dejándome con la boca abierta.
-Tranquilo, no queremos hacerte daño, ¿crees que servirá Tania?.
-No hay más para elegir, y tiene buen cuerpo-sonrió tontamente y después me miró- ¿quieres ver lo que hay al otro lado de la puerta?.
-Sí, por favor-no se porque pero en ese momento ardía de curiosidad por saber que habría al otro lado.
Nos acercamos a la puerta y al atravesarla sentí como un escalofrió me recorría todo el cuerpo, luego la cabeza me empezó a dar vueltas y para no marearme cerré los ojos. Cuando los abrí me los tuve que frotar varias veces para creerme lo que estaba viendo, era idéntico a mi sueño, lo único que no estaba tan destruido y no había rastro de los cadáveres.
Al volver nos sentamos y empezaron a explicarme que su mundo se estaba muriendo y que necesitaban una gran cantidad de una sustancia llamada “petróleo”, para hacer funcionar un aparato, que enseñaría a su gente el uso de algo llamado “energías renovables”, no lo entendía así que les conté mi sueño. Entonces me di cuenta que ellos eran los cadáveres, por lo que Tania y Faire supieron que habían acertado, pero el problema es que yo no sabía lo que era el “petróleo” así que no podía ayudarles, entonces Faire decidió buscar imágenes del “petróleo” y me dijo que protegiera a Tania mientras tanto.
Cuando lleve a Tania al pueblo a mucha gente no pareció importarle porque les dije que venía a vernos por la fama de “la batalla del Fénix” (como la habían llamado), lo peor fue que Tania llegó a llevarse tan bien con mi madre, que ésta incluso me pidió que contrajera matrimonio con ella, y además Tania se estaba enamorando de mí, cosa que me apenó, ya que no podía dejar de pensar en Alexa.
Por suerte en unos días Faire me enseñó las fotos del “petróleo”, no me lo pude creer, lo que buscaban era “la sangre de Loki”. La verdad es que nunca pensé que se pudiera solucionar tan rápido el problema, les lleve a los restos de la casa de Lars el Loco, y volvieron a abrir el pozo. Tardaron varios días en extraer todo el “petróleo”, pero mereció la pena la espera. El problema llegó cuando tuvieron que marcharse.
-Muchas gracias Ellendor, ojalá volvamos a vernos-dijo Faire, me estrechó la mano y cruzó el portal con el extractor de petróleo.
-Bueno, parece que es hora de marcharse-dijo Tania con ojos llorosos.
-Lo siento Tania, es verdad que eres preciosa, pero…
Tania se tapó los ojos y se marchó corriendo incapaz de volverme a mirar y atravesó el portal que a continuación se cerró.
-¡¡¡Tania!!!

Han pasado ya seis meses desde lo ocurrido con los mensajeros del futuro y por fin conseguí colarme en el Santuario, encontré a Alexa la convencí, atrancamos la puerta y salimos corriendo mientras que por culpa de la alerta de otra valkiria los soldados nos perseguían. Justo cuando todo parecía perdido, ya que llegamos a un callejón sin salida, se abrió un portal, Alexa se asustó, pero le cogí la mano y cruzamos el “Rubicón” hacia el paraíso.



Fin de la primera parte.


Gorka Alonso Garcia 4ºA

Anónimo dijo...

Me ha cautivado. Por favor que haya una segunda parte.

Anónimo dijo...

no soy uno d esos frikys k leen estas tonterias d universos magicos,pero este relato es genial.gorka sigue asi

FDo: tu amigo xhelaz

Anónimo dijo...

este relato es interesante pero es un poco cansino has escrito demasiado en conclusion es un buen relato.
ampérez